martes, 21 de agosto de 2012

A mí antes me gustaba... ¡Blue Jeans!

Francisco de Paula Fernandez (Blue Jeans) posando.
Blue Jeans es ese señor que siempre lleva gorra, incluso con americana (él es así de fashion y moderno) y que presume de tener un estilo muy personal, fresco, dinámico y con un lenguaje "actual". Además es fan de Moccia, le encanta que lo comparen con él (los dos escriben igual de... especial). Estudió periodismo, quiso ser algo más y no dio para tanto, pues fracasó primero en ADE y luego en filología alemana, y después de que le rechazaran su primera novela negra (espero que fuera más intrigante y misteriosa que sus novelas superpoperas) vio el cielo cuando Everest se interesó por la historia que estaba escribiendo en fotolog (¿fotolog? what the fuck?).
La portada es bonita,
las cosas como son.
Llegó a mí hace más de año y medio; Canciones para Paula, su primera novela publicada, me la regalaron los Reyes en 2011 (lo confieso, la pedí yo) y fue como el ejemplo a seguir (luchó por su sueño y lo consiguió, algo admirable aunque no te guste, y fue algo sin precedentes que marcó un antes y un después en la literatura online, pues no hay nada más que ver la cantidad de novelas escritas hoy en día en la blogosfera). Por entonces yo tenía mi blog con su novela para lectoras de la Superpop, como él pero con más estilo (¡no era fotolog!), y siempre me imaginaba a mí recibiendo un email de una editorial diciendo lo maravillosa que era mi novela ñordo llamado Ocho Letras Cualesquiera. Si él lo hizo, ¿por qué yo no? Pero luego empecé a leer más (entre la primera parte y la segunda descubrí a Zafón y a Víctor Álamo de la Rosa, y claro, ya no fue lo mismo), cambié la Superpop por Menéame, los 40 por Radio3; crecí, supongo.
Esta ya va siendo más feuca...
Tuvo su tiempo, no voy a negarlo. De hecho, me leí el primer libro (más o menos 700 páginas) en una semana. Ya entonces me di cuenta de que no me gustaba su forma de escribir, tan de... de tablón de Tuenti. Me parecía como la típica profesora de CMC que va de guay, de vamos a ser amigos y nos lo vamos a pasar bien pero luego te pone un seis en la evaluación aun teniendo media de ocho. Y el personaje de Paula, tan doña-perfecta, y el de Katia, tan insoportable, y el de Ángel, tan... Odié y odio a todos los personajes de la trilogía, no me caen bien. Sin embargo, me gustó, la recomendé, me hice fan en Facebook y me compré la segunda parte (¿Sabes que te quiero?) en cuanto salió.
Diréis: ¿para qué te la compras si no te gusta, si te da rabia de esa que o rompes el libro o te salen bultitos en el cuello como a Homer Simpson? Eso mismo dijo mi madre cuando le contaba las americanadas tontas conforme las iba leyendo (en serio, Blue Jeans, ¿sacar una servilleta por la ventanilla para que vean que llevas prisa? ¿De verdad haces eso? ¿Y no te pegan?), pero yo, hala, a lo loco, me lo leí. Sin embargo éste ya no me gustó, no lo recomendé, les conté a los que también lo leyeron mis inquietudes y mis ganas de quemarlo y me di cuenta de que las compartían.
En ésta ya se les había aca-
bado la imaginación.
Y todos pensaréis: entonces no se ha leído Cállame con un beso. Pues sí que me lo he leído, bueno, he llegado hasta la mitad. Cuando mi amiga María me dijo: ¡Catena, Catena, te va a encantar, te va a encantar! Si éste ya no da rabia como el otro... Y yo le dije: Ea, pues cuando acabemos los exámenes me lo dejas. Y así fue. ¡Ay, María que ya no me fío más de ti (ni de ti, Marina, que me dijiste lo mismo)! Y es que cuando empiezo a leerlo surge dentro de mí una voz gritando, suplicando, que deje el puto libro a medias por tan especial como está escrito y tan coñazo que es. Y claro, ¿cómo me va a gustar si odio a TODOS los personajes? Así que me salté capítulos a diestro y siniestro, leyendo sólo la historia de Miriam secuestrada por unos canis con discos de Paramore (sí, canis escuchando Paramore, es que es muy realista) y una frase suelta de vez en cuando, de modo que creo que puedo hacer de spoiler del libro entero (como veis, es supermegaultraimpredecible).
A ver, que yo soy de los que defiende escribir como se habla (no hay nada más que leerme), oye, pero si te pones a escribir "actual y fresco", no me pongas a los personajes a decir cosas como (cito textualmente): "no logro quitarme esta sensación de tristeza de encima". Por no hablar del exceso de aclaraciones del tipo "dice el chico", "dice la chica", "dice el joven a su novia", "dice la joven a su novio", de <<comillas angulares que a mí, personalmente, no me gustan nada>> y signos de exclamación/interrogación. Y leísmo.
Ah, y otra cosa: que no me vaya de realista, que no cuela, que sus libros son cuentos de disney pero con seiscientas páginas, todos tan perfectos, todos tan felices,... Es que me parecen más reales los de Jordi Sierra i Fabra (¡viva!), que ya es decir. Y no voy a decir nada de lo de inventarte tu vida en versión perfecta, Álex Jeans,...
Éste es el último que ha escrito, pero
yo por aquí no paso, así que sufrid vo-
sotros y luego me lo contáis.
Blue Jeans, tío, no te enfades, si me viniste bien en su momento, fuiste el segundo autor que leí cuando empecé a devorar libros uno detrás de otro (es que en 2011 me dio muy fuerte por la lectura, afortunadamente, sigo leyendo así), pero en las portadas de tus libros podrías poner una advertencia bien grande: "Sólo para gente que sigue escribiendo con K y X".

Ahora que releo esta entrada me doy cuenta de que ha quedado demasiado... agresiva, arrogante e incluso algunos podrían interpretarlo como envidia (no envidia, sino injusticia, que hay muchos mejores por ahí que ni son publicados ni promocionados como él), pero como dice Cristina Cerrada, una vez que escribes una historia, deja de ser tuya y tienes que aceptar que los demás hagan lo que quieran con ella, es suya ahora
Poh ea, BESIS a todos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario